Son tantos los demonios
que el alma encierra entre sus alas
- demonios que matan -
sin ellos
mi alma no levanta
el vuelo de la vida.
Son los demonios mi alimento
el cáliz diario de mi exceso
droga que incinera mis delirios
fantasmas suicidio.
Llamas sonámbulas de religiones y mitos
vacía eternidad de nostalgia.
Habitar de la zozobra
sombra sepultada
de carne
los demonios
amamantan.
La ira aberrante del destierro,
pasión - ensueños
formas diabólicas
- consuelo -
Alma errante
arranca un deseo :
muerte cósmica disfrazada de misterio
se confunde
en el infierno.
Ángeles - demonios
vértigos de paz
rodean lo infinito
lo transmutan a lo excelso.
Demonios que estrepitan
el desvelo de todo aquello
que atormentan.
Suave aroma del silencio
tan callado como el tiempo
al tiritar sus desdeños.
Los demonios cobijan
en las honduras del miedo
para llenar de palabras
las que ahora mismo impreco
desesperación alcanza
soledad envenena.
Gritos desgarrados de elocuencia
enigma que revienta.
Sin ellos
no soy nada
no soy nada
no soy nada
¡ oh, demonios de mi alma !
bellezas de la muerte
no me dejen nunca
a solas
en la alborada.
Crepúsculos de sangre
torrente de ansia,
el por qué de la locura
sentir de mi esperanza.
Son los demonios del alma
me apartan
estremecen sin piedad
hora de la muerte
tan hermosos fantasmas
ritmos antagónicos
ruptura de ironías
metáforas.
La desesperada angustia
es su morada
ángeles caídos del vientre,
desamores corrompidos ,
lutos de vacío.
¡ oh, demonios del alma !
No soy nada
No soy nada
No soy nada
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