Terciopelo y ópalo

Recorrer el espacio que contiene el aire de tus sueños
paralelo al tiempo y al espacio,
en un sitio de tintes ocres,
es la luz que entra por el tintero,
llena de vida la voz de los sauces
las aves entonan los vuelos de la existencia
mientras las hojas yertas
revuelan entre caudales de esperanzas.
Me enredo ahí en la sima de mi muerte
con la palma de mi mano extendida hacia la aurora,
toma de mí el fulgor de la locura y llénate de ámbar
bajo el claroscuro de mi alma.
Estaré ahí detrás de cada paso
anidando la luna bajo el lino blanco de la ciénaga
que enturbia el pasado.
Somos sombras de pantanos,
alas rotas crecidas de escombros.
Tus ojos son un infinito espiral de memorias,
esmeraldas de victorias y vidas perdidas
que quiero mirar por toda una eternidad errante.
Eres un pájaro en estepas de trigo
donde mi corazón se acuña al pensarte cada noche.
Te veo indómito en la cúpula del mundo
trasfugado en vientos que me tocan serena
y resoplan en mi oído el candor de tu nombre.
Eres el lugar donde hacer la patria
la isla al sur de las islas
la cima, el punto perfecto donde encallar las verdades.
Te quiero eterno, voz de terciopelo y ópalo
mito del silencio, cuna de deseos.
Te quiero acurrucado en mis nocturnos de invierno
soleado y destellante...
Brillas más allá de las estancias
por todo el espacio contiguo
brilla a través de la galaxia y vuelve aquí
estrella radiante.