Lo que es y no es

El spleen es un mundo de poesía que no es poesía, de pensar y decir, sin decir ni pensar. Les comparto el aliento de mi travesía poética en las letras y los signos que no dicen nada y lo dicen todo. Esto es parte de mi etéreo paso por este sitio de antaño y de siempre, de nunca olvidado. Porque me atrevo a pronunciar lo que no está escrito, a ver en el vacío lo que falta. Son tejidos de palabras, garabatos de sonidos que se pueden pronunciar en el aire o en silencio, donde juego a crear metáforas, símbolos, analogías y más; así como salen del alma, de la mente, del corazón, del Spleen, puros y honestos, sin corregir ni tallerear, eso viene después....

El Spleen


En francés spleen representa el estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona. En alemán, la palabra "spleen" denota a alguien continuamente irritable. En China, el spleen representa uno de los fundamentos del temperamento y se supone influye el poder de la voluntad. En este espacio te invito a conocer el spleen que me embarga y el que embarga a la humanidad.

lunes

La ventana

Odette se acercó  a la ventana, recorrió la palma de su mano sobre la cortina de tergal, al llegar al extremo la hizo a un lado ; se asomó inclinando   su cabeza hacia la izquierda, miró a lo lejos la bruma de la ciudad de México . Bajó la mirada, sus ojos rozaron el edificio de enfrente. Odette sólo quería ver hacia dentro; tal vez desde otro ángulo pero las   persiana estaban  cerradas. Apretó sus ojos contra sus occipitales cirujano todos los fantasmas que cohabitaban en su interior, los empujó hacia adelante dándole forma a su memoria.
 Apenas llegaba de la universidad y se tumbaba en el sillón a la misma hora todas las tardes.
 —Ya llegueeeeee—. Gritaba Odette.
 Esperaba unos segundos, nada.  Con el silencio cerraba la puerta. Se tiraba en el sillón detrás de la ventana dejando caer sus cosas a un lado; pretendía mirar hacia afuera sin lograrlo. Aquel destello que brincaba de sus pupilas chocaba contra el cristal y volvía a imprimirse en sus ojos.  No podía ver más lejos que el vacío, miraba sólo la nada. En aquellos días la nada tenía forma de ventana  el paradigma de la huida.
Odette despertó antes que la madrugada, se tumbó en el sillón, la ventana estaba sucia, jaló la manga de su sudadera sobre su mano, se hincó y frotó el vidrio.  Lo frotaba tratando de quitar esa mancha que la irritaba; lo frotaba  de un lado a otro, de arriba a abajo.  Se acercó aun más al vidrio pegando su frente sobre él, entonces se dio cuenta que aquella mancha era el reflejo de una sombra. Odette  abrió los ojos más arriba de sus cejas.
Lo vio a él.
Se levantó rozando su cuerpo sobre el cristal, abrió la ventana y sus ojos se abrieron más abajo de sus mejillas. Odette se paralizó, observó, sólo observó. La realidad saltó sobre ella.
- Ey, cómo me divierte verte ahí en frente postrado al filo del balcón a punto de lanzarte. Eso estás intentando o ¿ no ?. Gritó Odette con todo el aire que tenía.
—¿Queeeeeé?
—¿Que por qué no te avientas de una vez ?
-—Ah. Porque yo me divierto viéndote a ti en tu vitrina. ¿también quieres saltar ?
—No sé, no parece mala idea.
—Porque no te subes a la azotea de tu edificio y los dos saltamos al mismo tiempo.
— ¿Para qué desde la azotea si de aquí también me doy un buen trancazo?
—No es justo, yo estoy en el sexto piso  y tú en el cuatro, si te subes a la azotea será menos la diferencia de altura y mas o menos caeríamos al mismo tiempo.
—Ay, que práctico resultaste.
Odette subió a la azotea, se paró lo más cerca del vacío, extendió sus brazos a los lados haciendo equilibrio, el viento le golpeaba la cara y hacía casi imposible que abriera los ojos.
—¿Ya?—, Gritó Odette. —Oye, creo que está muy alto. Oye, y si me pasa un camión encima. Tú vas a caer en el patio de tu edificio, pero yo en plena salida del viaducto. Oye, ¿cómo me dijiste que te llamas?—
-—No te dije. Juan.
—Hola Juan, yo soy Odette, es un placer conocerte aunque creo que no vamos a tener tiempo de conocernos mejor. ¿Seguro que quieres hacer esto?
 —No sé, antes me sentía solo, pero ya no estoy solo, estoy planeando suicidarme con alguien.
—Mejor te invitó una cerveza aquí abajo en mi depa y así lo platicamos con calma y afinamos los detalles, ¿te parece? Sube es el piso cuatro, el cuatrocientos cuatro.
Juan se apartó del balcón, se pasó al otro lado del barandal y desapareció. Odette no supo cómo pero depronto se dio cuenta que estaba malabareando en la azotea. Mientras bajaba a su casa dudó de lo que había pasado, movió la cabeza de un lado a otro, abrió la puerta, no dijo nada. Entró, esta vez ni siquiera volteó a ver la ventana.
Un minuto después tocaron la puerta, Odette abrió, su cabello estaba revuelto por el aire, su cuerpo iba y venía en un sólo impulso de sus músculos que se contraían y relajaban a destiempo.
—Hola. Estas temblando—, Dijo Juan.
—Pasa. ¿Una cerveza ?... Oye, prométeme que mejor nunca hablaremos del tema ¿está bien?
—Estamos de acuerdo.  ¿Cuántos hijos quieres tener?
—¿De qué estás hablando ?, tenemos cuatro minutos de conocernos y me preguntas no se que demonios sobre hijos. Yo no quiero tener ni uno, a mi eso de lo maternal no se me dará nunca. Primero me muero.
—En qué quedamos.

Odette recargó ambas palmas en el cristal, abrió los ojos y levantó la mirada, la bruma de la ciudad era mucho más densa que entonces.
—Prometimos no hablar del tema—, Pensó Odette apretando los dientes, con todas sus lágrimas atoradas en los ojos. Me prometiste que no hablaríamos del tema.
—¡mamá, mamá! Ya acabaron  los de Gayoso, ya va a ser hora de irnos, ya están bajando el cuerpo de mi Pa. Ya no veas por la ventana, ya quítate de ahí atrás.

No hay comentarios: