El claroscuro de la vida cae tiñendo de lágrimas la eternidad,
y tiñendo de negrura el día a día de este infierno.
No hay más que soledad
spleen que agota y amarga.
Locuras que se visten de felicidad y de blanco
que al final son desencuentros y fatiga.
Lo que es uno lo deja de ser
el cambio mata
y la frontera del solipsismo se hace más grande.
La noche taciturna duerme de engaños
de mentiras dichas e in-nombradas
de desdenes y nausea.
De pronto el ser sí mismo se hace insoportable
y la pesadez de la vida cae toda junta en su levedad ínfima.
y seguimos vivos muriendo.
Solos y en desacuerdo
bajo el mismo techo y el mismo cielo
en diferentes tierras
en diferentes vidas
que se cruzan se anudan y se dejan...
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