Una luciérnaga

Las sombras del tiempo han venido
a tientas sintieron el resplandor de tu aliento
embriagado de la noche
en un ocre de acíbar recuerdos.
He sido oráculo sin sueños
cabalgado la ira
de santos y demonios
he sido las olas
he sido los montes
he sido el fuego y la luna
el quebranto y el futuro...
Cada momento que pasa
un segundo en un instante que se ha ido
cuando cobramos conciencia
es pasado que se disipa
nostalgia en el olvido
distancia
un instante que ya no es
se ha marchado contigo.
Dejaré de ir tras de tu sombra
estoy lista para soltar
decir adios
no volver...
un holocausto
en mi alma
tantas muertes infinitas
no soy yo ya quien habita este cuerpo
no yo ya quien vive aquí
sino quien muere
se ha ido tras la luna menguante
tras la aurora
tras los kilometros recorridos y cansados
pisados y angustiados
desvelos e insomnios
un minuto
un sepulcro
un silencio
y luego un recorrido a una eternidad
que ya no es más que
la ausencia de mi carne...
una luciérnaga que en medio
de la noche alumbra
y detrás solo queda oscuridad.