tras un espacio silente
escondiéndose de mí,
como refulgentes
diamantes de sal
ruedan por tu faz
un par de fervores.
Tendido en horizontal
se detiene el girar del universo,
me ves tras el iris cristalino
de tu asombro,
hay tanto cosmos entre
un parpadear y otro,
hay un mundo infinito
al fondo de tus órbitas.
¿Qué tan amplio es
el cuenco del corazón
que todo abarca y todo da?
¿Cómo es el perfil de la luna
cuando la ancha noche
nos mira enredarnos
entre ensueños y delirios?
Estremece el tiritar de los cometas
cuando danzan tras la fuga,
al perderte en la profundidad
de mis manos que tocan la morada
del sigilio y cantan mariposas
de luz entre una caricia y otra.
¿Qué tan honda es la fosa
de tu mente cuando piensa?
¿Qué tan grandes son tus alas
cuando baten las mareas?
¿Qué tan presente es la estadia
que nos detiene en un limbo,
en un oasis de clamores?
Estoy aquí
presente a cada paso
aunque mi alma deambule
entre miedos y pesares.
Estoy tras el ocaso,
en el resurgir del alba,
en los mitos con los dioses,
en las batallas no perdidas,
no ganadas.
Estoy aquí y soy
el cuenco y la luna,
los cometas y las mariposas,
la honda fosa y la ancha noche,
soy tus alas y la marea,
el oasis y el limbo,
el girar del universo.
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