un cohabitar en mi paraje,
lo he visto relucir en el interior de tus pupilas,
ahí donde me acurruco serena,
entre raciocinios y emociones,
una vez que las millas
han cumplido su destino.
La distancia es mi camino,
no es dolor ni sufrimiento,
soy yo, soy los pasos,
los mismos que van
al encuentro de la patria.
Mi Itaca, origen, sendero y destino.
Corro, me fugo a diario de mi sitio,
del pasado perenne que pesa,
del presente que se quiebra,
corro para huir de todo aquello
que encoje mi alma,
para conquistar mis dudas,
renacer en cada paso.
Cabalgo, llena de luz para desprender
de mi piel las sombras y cicatrices,
transformar en matices claroscuros
la experiencia y ser.
Resurge desde el talud
la sed de un alma indomable.
Un espíritu guerrero que corre en tempestades.
Voy tras el tiempo
en el espacio pensando,
toda vez que me detengo y caigo,
me levanto...
Mi carrera es una metáfora de carne y hueso
que yo misma represento,
yo soy el camino, yo soy la distancia, yo soy las millas,
lo repito cada vez que al flaquear siento
morir la esperanza.
Mi Itaca, el origen, el sendero y el destino.
... y hoy en ese rumbo encuentro un cohabitar
entre mis pasos.
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