rueda un pensamiento
que va camino al horizonte,
confabula tu nombre
entre dudas y manantiales.
Soy un éter sumergido
en la distancia,
paisaje entre nudos,
cantar de las aves.
Soy tiempo sin instantes,
el olvido y la marea.
Caminas sobre el agua
como el viento
que levanta los vuelos.
Te estremece mi aliento,
sueñas casi despierto,
tocas el limbo,
tocas mi cielo,
en un segundo
se resquebrajan
todos mis recuerdos.
Soy tiempo sin instantes,
el eterno presente,
sin constantes
sin contingencias.
Soy como la libertad errante
sin parajes ni destinos,
tan solo el andar vigilante
entre sigilios y tempestades.
Camino sobre al agua
a tientas, en silencios
como compás de la tierra.
Soy el tiempo sin instantes,
la fuga, la línea, la calma.
Tus ojos caen
como el sol tras el ocaso
entremetidos en mi mente
cincelando cada paso.
Un latir concomitante,
un refugio de espera,
un tal vez
o quizás mañana...
Soy tiempo sin instantes,
un pasatiempo de la vida,
el recorrer de cientos de millas,
una mirada tras el alba.
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